Por estas horas, el ministro de Economía, Martín Guzmán, trabaja en un proyecto con el que se buscará gravar la renta inesperada producida por el shock de la guerra entre Rusia y Ucrania. El funcionario adelantó que se aplicará sobre las ganancias netas imponibles reales y afirmó que para ser incluidas dentro del criterio estipulado, las ganancias “deben ser superiores a los $1.000 millones en el año”. En esta línea, el presidente, Alberto Fernández, manifestó que la medida pretende generar más equidad en el desarrollo y por eso pidió la contribución de quienes hayan “tenido una ganancia extraordinaria” en el último tiempo.
Empresas con una ganancia "anormal" superior a los $ 1.000 millones pagarán "renta extraordinaria"Consultado por este tema, el economista Eduardo Robinson enfatizó que esto da la pauta que “el Gobierno nacional perdió el rumbo de la economía”.
En diálogo con LA GACETA, el docente universitario remarcó que los responsables del rumbo del país están más enfocados en pensar nuevos impuestos pero no en solucionar los problemas de raíz. “Argentina tiene un problema con la inflación y en el Gobierno piensan que creando impuestos lo puede solucionar o recuperar la pérdida del poder adquisitivo que han tenido los sectores de la actividad económica”, agregó.
La “renta inesperada” apunta al campo y a ganancias súbitasPara el profesional tucumano, esta nueva medida obedece a un error de diagnóstico porque actualmente la economía nacional no tiene un problema de demanda sino de oferta. “Nosotros estamos atravesando por un proceso de estanflación -momento o coyuntura económica en que, dentro del proceso inflacionario, se produce un estancamiento de la economía y la escalada de precios no cede- que presentó distintos matices pero es un problema que se puede agudizar en la medida que haya un retracción de la oferta agregada. Entonces eso provoca mayores niveles de inflación y caída en el nivel de actividad económica”, dijo el economista. Y agregó: “Incrementar la demanda agregada sin el consiguiente nivel de productividad de la economía traerá aparejada más inflación por más que se quieran crear más programas de asistencia de emergencia. No es el camino porque hay un error de diagnóstico. En vez de trabajar para tener mayor producción, mayor inserción en el comercio internacional y mejorar la competitividad de la economía, el Gobierno ahoga al sector productivo, restringe la oferta y provoca más problemas porque estas recetas terminan siendo más de lo mismo”.
La “renta inesperada” podría significar un nuevo golpe para el campoCamino errante
Robinson remarcó que la posibilidad de instalar este nuevo tributo, el cual impactará directamente en el sector productivo, no contribuye con la realidad del país. “En este momento, Argentina necesita generar divisas para pasar con holgura el proceso inflacionario y no ahogar al sector que produce. Y aunque el Gobierno entienda que impulsando el consumo puede compensar los daños producidos por la inflación, el camino real es fomentando la generación de empleo e impulsando las inversiones”.
Además de indicar que este impuesto podría superponerse con el impuesto a las Ganancias, el economista local precisó que “la doble imposición ni siquiera tiene un destino positivo” porque “busca compensar los propios errores que genera la política”.
“En materia económica no hay horizontes claros y el Fondo Monetario Internacional (FMI) avala esto porque a ellos les interesa que Argentina tenga consistencia fiscal. No les interesa la calidad de los impuestos internos. El gobierno está con rumbo perdido y dañando al sector productivo y eso en vez de disminuir la tasa inflacionaria, que hoy se ubica entre las más altas del mundo, complica aún el panorama”, concluyó.